La experiencia del alcalde del mundo: “Abrazando el legado de mi padre, reescribiendo nuestra historia juntos”
Necesito ser abierto contigo. Durante mucho tiempo me sentí como un niño perdido en un laberinto, tratando de encontrar el camino hacia la aprobación de mi padre. ¿Fue su silencio, la ausencia de un simple “buen trabajo” o los dolorosos recuerdos del abuso lo que me mantuvo deambulando? Quizás todo ello. Pero eso no es lo que quiero compartir con ustedes hoy. He escrito sobre mi enojo y resentimiento hacia mi padre en mi libro, " El diablo dentro de mí ". “Pero ese era un momento diferente, un yo diferente .
Hoy quiero hablar sobre el amor, el perdón y una nueva conexión con mi padre.
Ahora tengo 44 años y los años transcurridos desde el fallecimiento de mi padre me han aportado claridad y curación. Los recuerdos de haber llegado a su funeral, drogado con cocaína y apestando a tequila, se han desvanecido. Perdoné a mi padre hace mucho tiempo, pero encontrar algo positivo que decir sobre él siguió siendo un desafío.
Hasta ahora.
El perdón es una fuerza poderosa, una que ha transformado mi vida. Pero no es el final del viaje. Es un trampolín hacia la comprensión, la aceptación y, en última instancia, el amor. A menudo me he preguntado por qué sigo tropezando con mis propios pies, por qué puedo ser mi peor enemigo. Me he dado cuenta de que la respuesta se encuentra en las sombras de mi pasado, en los rincones ocultos de mi alma.
Me ha perseguido un sentimiento de indignidad, una duda persistente de que nunca estoy a la altura de mi potencial. Es un sentimiento que he despreciado.
Pero hoy descubrí algo profundo. Me di cuenta de que había estado buscando la aprobación de mi padre ante los ojos de los demás, sólo para quedar vacío y decepcionado. ¿Cómo podría yo, a los 44 años, seguir anhelando esa palmadita paternal en la cabeza?
La respuesta es compleja y está arraigada en profundas inseguridades y verdades ocultas. Pero también es simple: he estado viviendo con mentiras. Mentiras que me decían que mi padre nunca me amó, nunca creyó en mí, nunca vio mi valor.
Hoy me conecté con Dios de una manera que nunca creí posible. A través de la oración vi a mi padre y escuché su voz: “Estoy orgulloso de ti, hijo, y lamento que nunca lo hayas sentido. Creo en ti. Terminar lo que comencé. Te estoy apoyando."
El sueño incumplido de mi padre de una gira mundial con su banda, su sacrificio por un título universitario ante la insistencia de su padre, siempre me ha pesado. Pero ahora veo que sus sueños siguen vivos en mí. Llevo no sólo sus defectos sino también sus virtudes, sus esperanzas, su amor.
Hoy me siento cerca de mi padre por primera vez en mi vida.
El perdón fue sólo el comienzo. He aprendido que el verdadero objetivo es amar.
Hoy sé que amo a mi padre. Y estoy decidido a amar a todos aquellos a quienes pensé que simplemente necesitaba perdonar.
Hoy no sólo estoy reescribiendo mi historia con mi padre; Estoy abrazando nuestro legado compartido, nuestros sueños compartidos y nuestro amor compartido.
Gracias por leer…